Romero en Flor
Esta planta aromática es muy interesante para los polinizadores ya que en Enero la tenemos en flor y además es muy fácil de reproducir, simplemente por esquejes o literalmente arrancando … Sigue leyendo
“Primero, fue necesario civilizar al hombre en su relación con el hombre. Ahora, es necesario civilizar al hombre en su relación con la naturaleza y los animales”. Victor Hugo.
Esta planta aromática es muy interesante para los polinizadores ya que en Enero la tenemos en flor y además es muy fácil de reproducir, simplemente por esquejes o literalmente arrancando … Sigue leyendo →
“Llegará un día en que los hombres conocerán el alma de las bestias y entonces matar a un animal será considerado un delito como matar a un hombre. Ese día la civilización habrá avanzado”. Leonardo Da Vinci, 1452 – 1519.
La gente ya no pone los pies en la tierra pelada.
Sus manos se han alejado de hierbas y flores, no dirigen su mirada al Cielo, sus oídos están sordos al canto de los pájaros, su nariz se ha hecho insensible a causa de los humos de los tubos de escape y su lengua y su paladar han olvidado los sabores sencillos de la Naturaleza. Los cinco sentidos han crecido aislados del orden natural.
La gente se ha alejado dos o tres escalones del hombre verdadero… Los verdaderos gozos y deleites del hombre eran un éxtasis natural. Esto sólo existe en la Naturaleza y se desvanece lejos de la Tierra. Un medio ambiente no puede existir fuera de la naturaleza, y así la agricultura deberá ser el fundamento para vivir.
El retorno de toda la gente al campo para cultivar la tierra y crear aldeas de hombres verdaderos es el camino a seguir para la creación de ciudades ideales y naciones ideales.
Masanobu Fukuoka
Toda esa gente, el tipo de personas que vivían en esas casas, todos esos malditos empleados insignificantes que acostumbraban a vivir así…, esos no sirven. No tienen espíritu, carecen de ansias y de sueños orgullosos; y un hombre que no tiene ni lo uno ni lo otro…, ¡Señor! Si no hacen más que temblar y tomar precauciones. Todas las mañanas dirigiéndose a su trabajo, los he visto a centenares, con su desayuno en la mano, corriendo locamente para alcanzar el tren correspondiente a su abono trimestral por temor a ser despedidos si no llegaban a tiempo; trabajando en negocios que tenían miedo por temor a no llegar a tiempo a la hora de la cena; quedándose en casa después de cenar por miedo a las calles a aquellas horas; y durmiendo con las esposas con las que se habían casado, no porque las desearan, sino porque tenían un poco de dinero que les aseguraba su pequeño y miserable paso por el mundo. Unas vidas aseguradas y con unos pocos ahorros por temor a los accidentes. Y los domingos, el temor a la otra vida. ¡Como si el infierno hubiera sido hecho para los conejos! Bueno, para ellos, los marcianos serán una bendición. Hermosas y amplias jaulas, cebados de comida, una cuidadosa selección de la descendencia, ninguna preocupación. Al cabo de una semana o así de ser perseguidos por los campos con el estómago vacío, se dejarán atrapar alegremente. No tardarían en sentirse completamente felices. Se preguntarán qué hacía la gente antes de que vinieran los marcianos a ocuparse de ellos.
“¡Fuera las hipocresías y mojigaterías de la vida social! ¡Fuera las frases de moda, la etiqueta. la elegancia, la falsa cortesía! ¡Fuera todo aquello que en nombre del qué dirán nos tergiversa y distorsiona!”